Lunes Santo

San Antolín, barrio populoso y murcianismo, se centra hoy, Lunes Santo en abrir las puertas de su templo parroquial para acoger a todos los fieles devotos que deseen mostrar y entregar su amor, al Santísimo Cristo del Perdón, cuya cofradía tiene sus orígenes en el siglo XVII, cuando el rico y poderoso gremio de torcedores y tejedores de seda, decidió fundar en torno a la imagen que se veneraba en la ermita de San Ginés de la Jara o ermita del Calvario una cofradía. Esta imagen, se denominaba entonces, Cristo de los Azotes, y más tarde fue trasladada a la iglesia de San Antolín, de la que ya se sacaba la tarde del Jueves Santo, la procesión del Santísimo Cristo del Prendimiento. Ambas procesiones se unieron dando como resultado la que disfrutamos en la actualidad. El estandarte de la primitiva cofradía que aún se conserva, lleva bordado la fecha del año 1600. En su primera época, los penitentes visten túnica rematada en una espléndida cola, por lo que la designación popular comenzó a llamarla, procesión "de las colas". Esta jornada, no podremos asistir al multitudinario besapiés mañanero tradicional del Cristo del Perdón, sedero y huertano, que oculta su Cruz, bajo trepadoras rosas rojas, ni aguardar en las esquinas de las viejas calles de la ciudad, pacientes, su estación de penitencia. Tampoco esperaremos junto a la Iglesia de San Antolín, percibiendo los escalofrío de la húmeda noche primaveral, su vuelta a casa, entre centenares de caras complacidas, que a veces se adornan con emotivas lágrimas. Sin embargo, lo crean o no vamos a estar con Él, acompañándonos mutuamente y así, la soledad ya no será soledad..... "¡Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí, hacedlo por mi Madre y no la dejéis sola". (LC.23,28)